
En defensa de la propiedad colectiva en el Puertito de Adeje
OPINIÓN.- Vaya por delante que estoy en contra del uso de la violencia en cualquiera de sus formas y que rechazo los daños provocados en dos excavadoras que trabajaban en el proyecto de Cuna del Alma. Aún así, me produce también un absoluto rechazo la respuesta de Pedro Alonso Martín presidente de la CEOE de Tenerife que dijo que “la propiedad privada debe estar por encima de cualquier acto”.
Alonso tiene claro, como representante de los empresarios, que la propiedad privada es el santo grial que debe defender. ¿Pero qué pasa con el territorio insular como patrimonio de todas las personas que lo habitamos? ¿Se puede atentar contra nuestro patrimonio histórico y natural simplemente con tener una escritura de propiedad de un terreno?
Según Alonso, la legitimidad de la propiedad privada permite actuar contra la propiedad colectiva. Pero está equivocado. Es la propiedad colectiva la que está por encima de cualquier acto. Destruir restos arqueológicos o atentar contra una especie protegida también es violencia y un delito. Es por ello que en 2022 la Dirección General de Patrimonio (liderada por Nona Perera de Podemos) inicio un expediente sancionador de 600.000 euros por la destrucción de yacimientos.
Alonso está envalentonado, porque bastó con que entrara el nuevo gobierno de derechas de CC y PP para que dejaran caducar el expediente sancionador. Es el mismo gobierno que hace oídos sordos a las protestas masivas contra el actual modelo violento y depredador de turismo.
Alonso dice que los daños sufridos por las excavadoras “deslegitiman cualquier derecho que pudieran tener para hacer cualquier manifestación de parte”. Se vuelve a equivocar. Que unas personas hayan utilizado métodos violentos no afecta a la indignación mostrada por miles de canarias el 20A, ni a sus argumentos, ni a sus propuestas a favor de un cambio de modelo. Si ese incendio en la cabina de una excavadora pudiese acabar con el clamor de un pueblo, les habría salido a los empresarios más barato que pagar la multa de Patrimonio, para legitimar su modelo de destrucción.
Hay quien ha llegado a pensar de que se trata de una acción de falsa bandera. Los más románticos pueden pensar incluso en una maldición de guanches alzados desde tiempos remotos. Yo sinceramente creo que es un síntoma (erróneo y violento) de una indignación real y justa ante la destrucción de nuestro territorio y de nuestro patrimonio natural e histórico.
La lucha (no violenta) sigue y no la van a poder parar.
POR MANUEL GONZÁLEZ MAURICIO, Secretario de Organización de Podemos Canarias
CATEGORÍAS Opinión